Tampoco en este invierno me
hice infinito... Hoy, de camino al mercado, vi caer los primeros copos de la
primavera. Un sol joven, como un vino amarillo, regaba ya los costados de las
veredas, mientras un frío envejecido se evaporaba de las hojas tiernas de los árboles.
Imaginé a las hormigas bostezando y a una legión de moscas -disfrazadas de puntitos de la i- preparando
los festejos que se avecinan, mientras se emborrachan de savia en los huecos tibios
de los troncos quebrados.
En ésta, mi bendita tierra,
todo llega antes. Antes revientan las flores y antes vocea el cielo su azul
irreprochable. Antes se pintan de amor las mocitas y antes huele a yedra en el
brocal de tu pelo negro. Antes anda revuelto el ganado y antes se seca la arena
en la ribera de las almas.
Aún pastará el invierno por
estos llanos, por esta callejas de forja y estas sierras morenas. Aún se harán
nieve las gotas de los pámpanos y aún se harán grana los carbones de los braseros,
pero hoy, cuando iba al mercado, tal vez sólo en mi esperanza, un indolente rayo de
sol me trajo toda la primavera.
Feliz día. Feliz destino.