Datos personales

VOLVER



Volver no es fácil. Mucho menos cuando se regresa con la misma derrota con la que uno, antes de partir, ya aceitaba su montura. A lo lejos se ven cerradas las ventanas y vacías las sillas de anea, y uno siempre piensa que volvió a regresar por el camino equivocado -es lo malo de no anotar, a fuego, el centelleo desalmado de las estrellas mentirosas.

Yo siempre marcho solo y vuelvo solo. Como un errabundo que sale de un desgastado laberinto. Apenas regreso, vuelvo a colgar de la nada mis aperos tiznados con la cal de los molinos de la Mancha: la lamparita de aceite, el humo del cigarro que dejé irresuelto en la columna que trepa al techo, la pluma reventada, tu retrato grabado en alma y mil garabatos en mil papeles que nada esconden y que todo callan.

Desnudo ya de viaje, aireo el caserón estrecho y pongo a salar las cicatrices que me cruzan. Alimento a mi gato. Esturreo las palabras de los bolsillos y, como si nada, me pongo a recordar de nuevo el comienzo de aquel soneto que escribí, a doble copia, sobre tu vientre y mi hambre enamorada.


No hay comentarios:

Publicar un comentario