Si viviese en
un pueblo y, tuviese a bien su paisaje, diría que la tarde cae ignorante, escarchando
de amarillo los tejados que ocultan cenicientas… Como vivo en la ciudad he de
ser más prosaico y atreverme sólo a decir: la tarde cae ignorando el aliento de
la noche que, con certeza, se avecina… Pero eso sí, aquí también hay ocultas
cenicientas…
Feliz tarde.
Feliz destino.
No hay comentarios:
Publicar un comentario