Te amo mujer. Te amo sin sentirte. Sin tocarte. Sin
escucharte. Sin desvestirte. Te amo por la simple razón de que estás ahí. En el
imaginario de mis palabras. En el principio de todo. Toda tú en un espacio donde
no habito. Tus labios. Tus pechos. Tu silencio. Todo como pequeñas primaveras
esperando el tiempo de las rosas. De las lunas llenas. De los rincones
ablandados por los besos de los que aman. Tú en el lenguaje de los equívocos. De
los adioses interminables. Tú en el dibujo de las espaldas cobrizas y las
blusas abiertas. De los horizontes que tiemblan. Tú en todos los paisajes. Tan
distante. Tan ignorante de que existo. Y si embargo sonríes…
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