¡Cómo me gustaría ayudarte a desvestir tu alma! Desabrochar inquieto
cada botón de tu existencia. Desdoblar anhelante el inicio de tu cuerpo. Bordar
tu mañana. Coser escarcha de nácar en tu cielo y entallar dos estrellas a tu cintura
cincelada.
¡Cómo me gustaría deshilachar tu piel hasta tu sangre!
Remendar con olvidos tus recuerdos. Arrugar tu noche entre todos los costados
de mi cama. Enhebrar caricias y besos hasta coserme a tu vientre bajo el fruncido
níveo de mis sábanas.
¡Ay cómo me gustaría hacer patrones de tu estampa! Y así,
sin más remedio, zurcirlos en plata y nieve a estas manos de sastre de
palabras.
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