¿Qué haría sin ti, Noche? ¿Qué haría sin la mágica locura de
tus sombras tentadoras? ¿Bajo qué almohada escondería tanto silencio
custodiado? ¿Dónde posaría mi mirada sin la ceguera obediente de lo oscuro? ¿A
qué lápida fecundada enviaría mis párvulas oraciones? ¿Qué cortina arrearía para
enamorarme del guiño de la luna? ¿A qué lugar vendría a buscarme su espectro de
veleta? ¿A qué dulcineas amaría en mis sueños de quijote? Quédate Noche y
recítame otra vez el cuento en que descubro a la princesa de la sonrisa
interminable…
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