Tengo esta noche niña sangre de luna clara, para descorrer
tus visillos y poder entintar tu cama. Así que he dejado el alma en el tejado
de tu casa… Y una rosa hecha de versos en el alfeizar de tu ventana… Y mañana a
la mañana cuando la mañana ya sea clara, te voy a traer tres soles sobre una
bandeja blanca.
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