Me cansas y me descansas.
Me enfadas y me desenfadas.
Me desconciertas y me acostumbras.
Me aturdes y me sosiegas.
Me desilusionas y me embaucas.
Me amparas y me desatiendes.
Me impacientas y me calmas.
Me das la espalda y me devuelves un beso.
Te regaño y me sonríes y, cuando ríes, baja el cielo y nos
da una estrella. Y entonces jugamos a hacer navíos con su papel de plata …
Porque qué complicado nos resulta que tú ya atiendas por mujer cuando para mí solamente eres mi niña …
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