Datos personales

UNA FÁBULA SOBRE EL AMOR



Enamoras a cualquiera con tus palabras –le dijo ella al poeta. Sí, es una pena que la vida no esté hecha sólo de palabras –le respondió éste con cierta melancolía en su voz. Y ella, que era hermosa como una dentellada del sol sobre el mar silente, no quiso saber nada del poeta, porque el poeta era viejo y pobre y su rostro no había sido demasiado agraciado por los hados.

Enamoras a cualquiera con tus óleos –le dijo ella al pintor. Sí, triste es que la vida no la pinte yo con mis manos – le señaló éste con cierta amargura en su mirada. Y ella, que era bella como un naranjo preñado de azahar,  no quiso saber nada del pintor, porque el pintor era viejo y pobre y en su rostro se adivinaba una vida deslucida.

Enamoras a cualquiera con tus melodías –le dijo ella al músico. Sí, lástima que yo no componga la melodía de este universo – reconoció éste a la vez que movía con su mano una batuta imaginaria. Y ella, que era encantadora como la lluvia de un abril manso, no quiso saber nada del músico, porque el músico era viejo y pobre y en su rostro se revelaban  las muescas del desamor.

Enamoras a cualquiera con tu voz – le dijo ella al marinero bizarro y hermoso venido de otras tierras. Lo sé –asintió éste. Y ella, que era fascinante como la candela en el bosque, quedó prendada de aquella perfección de rasgos ausentes de todo desengaño y marchó con el marinero hasta su barca.

Dicen que al paso de las primaveras zarpó una mañana el marinero y ella, que ya era menos hermosa por el lento caminar de los otoños, quedo deshabitada de amor. Y entonces recordó al poeta que ahora entonaría versos juntos a los árboles de su huerto. Y recordó al pintor que ahora dibujaría su sonrisa aún serena. Y recordó al músico que ahora le compondría melodías junto a la vieja chimenea. Pero ya no estaba el poeta. Ni el pintor. Y el músico andaba con su locura dirigiendo a los gorriones de los árboles. Y cuentan que ella dejó caer sólo una lágrima. Por el poeta, por el pintor y por el músico, tres viejos locos que aún seguirían entendiendo su belleza.

No hay comentarios:

Publicar un comentario