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EL VIERNES OMITIDO




No me ha llegado el viernes. He mirado por la ventana y aún hay una noche de jueves remolona con un guiso de nubes y espirales. Le pregunté a mi vecina de enfrente si dejaron un viernes para mí y me dijo que naranjas de la China –ella siempre dice que naranjas de la China, le preguntes lo que le preguntes...

Así que aquí ando, sin saber si seguir viviendo el jueves -que fue arisco y nada original- o si saltar al sábado -con el consecuente riesgo de que caiga en un bucle de esos de espacio-tiempo de los que hablan sin pudor los científicos.

Mientras me decido, le he dado de comer a Nano -que no perdona sus dietéticas bolitas haya o no viernes- y me he puesto a leer la prensa de hoy con las noticias de ayer (no creo que note mucho el cambio…).

P.D. Esta noche pretendía ver a Linda Daniela -ojos de selva-, si su viernes le ha llegado en tiempo y forma, a ver cómo le explico…


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