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DÉJAME



DÉJAME

Déjame niña bonita
entornar un poco la puerta,
que está la luna de bronce
y hace frío ahí afuera…

Déjame niña bonita
entrar un poco en tu hacienda,
que está el cielo muy negro
y oigo que aúllan las piedras.

Déjame niña bonita
acercarme hasta tu vera,
que vengo de cazar sombras
y me persiguen sus cadenas.

Déjame niña bonita
hacerte sombras chinescas,
que tengo las manos duendes
de tanto mimar la tierra.

Déjame tú, mi amapola,
que te mire mientras duermes
y, a eso de que sea de día,
salpicar de besos tus mieles.



Ilustración: “Amparo” (Julio Romero de Torres)

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